Sesión 12

COMO UN HOMBRE PIENSA, ASÍ ES SU VIDA

( As a Man Thinketh )

 

Una de las verdades a la que nos debemos hacer a la idea tarde que temprano es que todo, sí, todo tiene un precio, nada es gratuito ni se da por el azar. Todas las transacciones que hacemos diariamente son una materialización de esta ley. Todo lo que se recibe es a cambio de algo, todo lo que se da tendrá igualmente algo a cambio, es un equilibrio, aunque a veces sea prácticamente imperceptible qué es lo que damos o qué es lo que recibimos.

¿Por qué entonces no conseguimos lo que tanto anhelamos, lo que tanto deseamos e imaginamos, aquéllo por lo que tanto oramos? James Allen tiene algo que decir al respecto…

Sigamos avanzando en el 2° capítulo del libro…

 

  1. Efecto del pensamiento en las circunstancias

(Continuación)

Los hombres no atraen aquello que quieren, sino aquello que son. Sus antojos, caprichos, y ambiciones se frustran a cada paso, pero sus más íntimos pensamientos y deseos se alimentan de sí mismos, sean estos sucios o limpios. La “divinidad que nos da forma” está dentro de nosotros mismos; somos Nosotros Mismos. El hombre está maniatado únicamente por sí mismo. El pensamiento y la acción son los carceleros del destino – ellos nos apresan, si son bajos; ellos son también ángeles de Libertad – nos liberan, si son nobles. No consigue el hombre aquello que desea y por lo que ora, sino aquello que con justicia se gana. Sus deseos y plegarias sólo son gratificados y atendidos cuando armonizan con sus pensamientos y acciones.

A la luz de esta verdad, ¿cuál es entonces el sentido de “Luchar contra las circunstancias?” Significa que el hombre está continuamente revelándose contra el efecto exterior, mientras todo el tiempo está nutriendo y preservando la causa en su corazón.

Esta causa puede tomar la forma de un vicio consciente o de una debilidad inconsciente; pero cualquiera sea, tercamente retarda los esfuerzos de su poseedor, que de ese modo clama por una cura.

 

COMENTARIOS:

En este texto, el autor nos enfrenta a una dura verdad, lo que recibiremos no será fruto del simple deseo por más intenso que este pueda ser, ni serán solamente la oración y las plegarias el boleto mágico que remediarán nuestros males o carencias. En el idioma Español hay un refrán que cita: “A Dios rogando y con el mazo dando” y que significa que: “Cuando deseamos algo, está bien encomendarse a Dios, a la Providencia, pero haciendo a la vez todo lo que esté en nuestra mano por lograr lo que pretendemos.” Las cosas no se resuelven por acto de magia, ni postergándolas o esperando a que alguien más o el mismo Dios las resuelva por nosotros… Dios -nos revela el Evangelio- a cada uno nos dio un determinado número de “talentos” o dones, facultades, fortalezas, capacidades, o como les quieras llamar, para una sola cosa, las pongamos a trabajar, y nos dio de acuerdo a nuestra capacidad.

“No consigue el hombre aquello que desea y por lo que ora, sino aquello que con justicia se gana”.

Quienes sí podemos cambiar nuestra realidad somos nosotros mismos y está en nuestro interior el poder lograrlo; es el enorme regalo que el Creador nos dio y que es la capacidad de pensar y que además no es el único de los regalos o dones que hemos recibidos, pues también nos dio otros invaluables tesoros, la libertad y la voluntad, esas preciosas herramientas con las que podemos conseguir lo que queramos siempre y cuando las pongamos a trabajar. Aquello que queremos será nuestro si trabajamos por ello, si pagamos su precio, si nos lo ganamos. Aquello que deseamos o por lo que oramos se hará realidad cuando esté en sintonía con nuestros pensamientos y acciones.

Cuando se padece fiebre, temperatura o como decimos en México calentura esta no es la enfermedad, es un reflejo de ella, un síntoma; es una alarma de que algo no está bien en alguna parte de nuestro organismo. Es un efecto, no es la causa. Cuando te quejas de que la economía no anda bien, en realidad lo que quieres decir es que  economía es la que no anda bien y adivina quien la maneja… Mira como en la calle cada día circulan más autos de lujo y los vuelos para vacacionar a lujosos destinos están frecuentemente abarrotados. Lo que pasa en nuestro exterior es un reflejo de lo que pasa en nuestro interior.

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ACCIONES:

  • Si el mundo que nos rodea, entorno o medio ambiente no nos gusta, si no nos gusta nuestro trabajo o nuestro salario y vivimos en condiciones que nos parecen insufribles, inaguantables, recordemos que son el reflejo de algo que sucede en nuestro interior.
  • La tarea que nos toca es voltear hacia nuestro interior y ver de qué pensamientos proviene ese reflejo, esa realidad o circunstancia. Imagina que estás en una sala de cine viendo una película proyectada en la pantalla, la pantalla en sí no tiene vida, ni realmente sucede nada en ella, es sólo el reflejo de las imágenes que emite un proyector. Si movemos nuestra mirada de la pantalla y volteamos hacia atrás, veremos como la oscuridad es cortada por un rayo de luz que sale de un aparato. La película que vemos en la pantalla de nuestra realidad tiene su origen en nuestra mente y nuestros pensamientos, ese es el proyector.
  • ¿Qué quieres ver en la pantalla?… Ponlo en tus pensamientos y en tus acciones, es tu elección, y tienes la voluntad para lograrlo.

 

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