Sesión 04

COMO UN HOMBRE PIENSA, ASÍ ES SU VIDA

(As a Man Thinketh)

 

La verdad, me asombra como en cada frase del libro de James Allen hay tanto que descubrir y sobre todo ¡tanto que aprender y que aplicar! Permíteme insistir en que este más que un libro es un manual, un instructivo, una herramienta y como tal hay que descubrir sus enseñanzas y no simplemente pasar de largo con la vista cada página, sino más bien analizar cómo lo podemos aplicar y ejercer en nuestra vida y circunstancia.

Si me preguntas cuál es el común denominador que he encontrado en las personas exitosas a lo largo de más de cinco años de trabajo en este tema, sin duda alguna responderé que dos de las características más determinantes de TODOS son la determinación y la perseverancia, no puedo encontrar a alguien que sea haya vuelto exitoso de la noche a la mañana. La mayoría ha requerido de tiempo, a veces mucho, y a veces de gran esfuerzo para lograr su propósito. Muchos han tenido que hacerse de gran valor para no renunciar a su meta. Así que ¡Ánimo! Sé que conforme avancemos, mayores serán las satisfacciones que alcanzaremos. El éxito es para todos… ¡para todos!, pero para todos quienes estemos dispuestos a pagar su precio.

Continuemos con otro párrafo del primer capítulo del libro…

  1. Pensamiento y Carácter

(Continuación)

Con la elección y aplicación de los pensamientos correctos el hombre asciende a la perfección divina; Con la aplicación y el abuso de los pensamientos incorrectos, desciende bajo el nivel de las bestias. Entre estos dos extremos están todas las categorías del carácter, y el hombre es su maestro y hacedor.

 

COMENTARIOS:

James Allen fue un escritor filosófico y poeta británico quien escribió su obra muy a principios del siglo 20, así que su lenguaje no es fácil del todo y debemos tratar de encontrar el genuino sentido de sus palabras. Así que iremos despacio tratando de desentrañar lo que nos dice…

Este párrafo es también muy contundente, de entrada implica dos tareas: la “elección y aplicación” de los pensamientos y queda en evidencia que eso es algo que sólo nosotros mismos debemos de hacer, y claro eso es algo que regularmente hacemos casi en automático, pero cuando dejamos que así sea, estamos permitiendo que esa elección esté determinada por las “semillas” o “programaciones” que ya traemos y que probablemente queremos cambiar. El punto es que la elección de nuestros pensamientos debe ser un acto deliberado, voluntario y decidido conscientemente por nosotros, suena raro pero nosotros debemos decidir lo que pensamos y no dejar que naveguen en nuestra mente pensamientos surgidos al azar, sin rumbo ni orden.

Cuando el autor afirma que con los pensamientos correctos el hombre asciende a la perfección divina no quiere decir que seremos como dioses, sino que los pensamientos correctos nos acercan a Dios a través de la mejora o perfección continua, es decir que nosotros como personas somos seres perfectibles, o sea capaces de irnos perfeccionando por trabajo propio. Los pensamientos correctos nos hacen mejores.

A su vez, con los pensamientos incorrectos sucede lo contrario, nos degradamos como personas y descendemos a la expresión más baja y detestable del ser humano. No es necesario aquí que matemos físicamente a los demás, pero pensamientos de ira, insulto, desprecio, envidia, odio, rencor,  deseo de venganza, intolerancia, impotencia, etc. se convierten en un veneno mortal que actúa en nuestro interior y por tanto en contra de nosotros mismos y nos corroe y consume hasta las entrañas pues fluye dentro de nosotros mismos. Muchas enfermedades y especialmente de cáncer tienen su origen ahí, en ese tipo de pensamientos. Esos son los dos extremos y las personas nos encontramos entre ellos, y el punto donde estamos depende de nosotros con el tipo de pensamientos que elegimos y aplicamos.

 

ACCIONES:

  • Hoy buscaré conscientemente elegir mis pensamientos y evitaré que en mi mente mis pensamientos sean como pescaditos en una pecera en donde cada uno nada hacia donde quiere y a como le da su gana.
  • Hoy voy a evitar pensar mal de mí y de los demás. Evitaré poner calificativos negativos a mi mismo o a los demás.
  • Hoy evitaré quejarme de lo que me suceda y evitaré culpar a los demás.